Los orígenes de este perro son relativamente oscuros e inciertos. Algunos afirman que se trata de un animal autóctono del condado de Kerry, en Irlanda, que se formó en el transcurso de los siglos, adaptándose al entorno natural en el cual era utilizado. Es cierto que la raza, aunque fue reconocida no hace muchos años, y presentada en una exposición en 1933, es relativamente antigua como lo prueban su gran dureza y fuerte pasión por el trabajo. Estas características la han convertido en una raza casi exclusivamente de los campesinos irlandeses, esquivos a cualquier forma de exhibicionismo. Esto ha condicionado, de manera muy notable, la difusión fuera de su patria de origen hasta el punto de que a ella se preferían otros terrier irlandeses como el Kerry blue y el lrish. Aún en la actualidad es muy raro ver algún ejemplar fuera de las islas Británicas y, en la propia Inglaterra, son pocos los perros de esta raza que se presentan en las exposiciones caninas.